domingo, 6 de noviembre de 2011

Fernando Lugo en la mira de la Iglesia Católica

La iglesia católica paraguaya evalúa los alcances del duro golpe recibido con la paternidad no asumida del cura presidente Fernando Lugo


Dice un viejo refrán que el cura ya no recuerda cuando fue sacristán, y en el caso de Fernando Lugo, hoy el político ya no recuerda cuando fue cura. Es lo que demuestran sus actitudes de indiferencia ante el daño causado al culto católico que lo catapultó a la política.
Decía un célebre filósofo alemán que sólo tiene fe quien no conoce la verdad, y los votantes que confiaron en Fernando Lugo el 20 de abril de 2008 confirmaron la sentencia. La fe, lo advirtió el poeta, engaña a los hombres pero da brillo a la mirada.
Evidentemente, el engaño perpetrado tuvo mayores alcances, dado que pronto el mismo Leonardo Boff, se justificó ante Tácito Loureiro de su apoyo a Lugo afirmando que “no tenía porqué seguir el día a día” de la política paraguaya, y tanto Hugo Chávez como Cristina Fernández comprobaron que su “hermano” Lugo prefería traicionarlos ante los medios para ganarse el favor de la prensa hegemónica.

Imagen averiada

Dijo Thomas Fuller que una mentira no tiene piernas, pero un escándalo tiene alas, y tal fue lo acontecido con la paternidad no asumida por Lugo que lo desprestigió notoriamente a nivel internacional.
El Plantón sin precedentes sufrido por Lugo durante la reciente Cumbre Iberoamericana fue un ruidoso llamado a la realidad para los tiralevitas arzobispales. Otro síntoma del mal momento fue la convocatoria del obispo Claudio Giménez a analistas, politólogos y economistas, para asesorar sobre el perjuicio ocasionado por Lugo a la credibilidad de la iglesia Católica a la Conferencia Episcopal Paraguaya que se reunirá este 7 de noviembre.
Aunque los obispos citan a la “mala gestión de gobierno” como principal preocupación, quizá el engaño más ignominioso que cometió Lugo es haber ocultado paternidades no asumidas, duro golpe para los creyentes que lo votaron por el aura de prestigio que le confería su condición de ministro de iglesia. La misma que lo inhabilitaba para candidatearse de acuerdo a la constitución.
En ese orden de cosas, la senadora Blanca Lila Mignarro, del gobernante Partido Liberal, afirmó que Fernando Lugo debería reconocer a sus hijos, cualquiera sea las circunstancias en las cuales fueron engendrados, “porque los hijos no son zapatos”.
Por su parte el senador opositor Julio César Velázquez sostuvo que la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) no solo debería analizar en su asamblea cuánto afecta la gestión del presidente Fernando Lugo a la imagen de la Iglesia, sino que tendría que sacar un manifiesto público de repudio al mandatario.
Al mismo tiempo la legisladora liberal Zulma Gómez trajo a colación el pasado de una vida desordenada del ex obispo, acusándolo de haber mantenido relaciones sentimentales con una joven de 16 años, es decir, haber cometido estupro para colmo siendo obispo. En el mismo sentido, el senador Velázquez planteó la necesidad de que los obispos asuman una postura firme sobre la actuación de Lugo, incluso desde su postulación a la Presidencia de la República, así como en el caso de su paternidad y por último su gestión.
A pesar de todo, la paciencia ingénita de los paraguayos, forjada en décadas de dictadura, ha llevado a muchos a aceptar el bochornoso comportamiento de su cura presidente. Como lo adviertiera Simone de Beauvoir, lo más escandaloso del escándalo es que uno se acostumbra.

Paternidad no asumida

Desde su llegada al gobierno, el luguismo no ha dejado pasar un dia sin ser salpicado por el bochorno de los malos manejos administrativos, los cuales compiten con los papelones de su único líder en materia de paternidades no asumidas.
El cura Fernando Lugo se vio sacudido sin tregua por escándalos relacionados a su disipada vida sexual, al desatarse una serie de demandas por paternidad. Estas incluso llegaron a estrados judiciales en los casos de Viviana Carrillo, Benigna Leguizamón y Hortensia Morán. Además se señala que premió con la dirección de Yacyreta a una ex amante con quien comparte hijos, la ex senadora liberal Elba Recalde. Otro escándalo se suscitó al ventilarse que Teresa Rojas también tiene una hija con Lugo, según varias fuentes familiares y amigos íntimos de Lugo.
El cura reconoció tener un hijo con Viviana Carrillo, pero buscando disminuir el bochorno no aceptó la paternidad que le fue reclamada por Morán ni por Benigna. En el caso de Morán, incluso se fraguaron tres pruebas de ADN para que dieran negativo, pero luego la justicia solicitó los certificados de los análisis realizados en el extranjero sin obtener respuesta, por lo cual la demanda sigue activa.
Para silenciar a Benigna, los abogados de Lugo entregaron dinero público y una vivienda en terreno fiscal, algo que al salir a luz multiplicó en lugar de atenuar los efectos del escándalo. Además, se publicó que el abogado de Lugo en tales enredos fue premiado con un jugoso zoquete en un ente estatal como pago por sus servicios.
Decía Maquiavelo que pocos ven los que somos, pero todos lo que aparentamos. En el caso de Lugo, se trata de uno de esos pocos casos en los que la realidad es tan transparente como la apariencia. LAW

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